Hace cerca de cuatro años que no veo la tele, no es un logro ni algo por lo que espere recibir felicitaciones, no obstante, suelo estar bastante al día de lo que nos escupen por la caja tonta, al menos para poder criticar a las cadenas generalistas que contribuyen a la incultura de un país que sin ninguna ayuda roza el analfabetismo. Belén Esteban, Jesulín, Jorge Javier Vázquez y demás calaña hacen que la cita de Groucho cobre cada día más sentido, programas vacíos y la búsqueda (fácil) de polémica y el morbo.
Telecinco en sus ansias de polemizar y levantar ampollas, decidió invertir en una miniserie que de sobras sabía que iba a levantar a un sector en su contra, algo tan delicado como el accidente del vuelo de Spanair, que en realidad no tenía nada que ver con la trama de la historia, fue el vuelo IL 8714 como pudo ser un tren, un coche o el Titanic. Una investigación y unos personajes que confluyen en el mismo punto, el accidente, y que como dije antes, pudo haber escogido cualquier otro escenario para su historia teniendo en cuenta que España no es USA y que hacer películas sobre accidentes, atentados y demás acontecimientos donde haya un alto número de víctimas suele provocar un rechazo más que importante.
No tuvieron en cuenta este detalle, o no midieron bien la posibilidad del rechazo de la audiencia, y realizó una fuerte inversión en la miniserie, anunciando un despliegue de medios y técnicas que hasta la fecha no habían tenido cabida en las series nacionales. Pero ayer Telecinco se encontró de frente con la realidad, alcanzando un triste 11% de audiencia, siendo peor aún el resultado del documental "Las voces de la tragedia" quedándose con un pésimo 10%.
Realmente desconozco la calidad de la serie, puede incluso, que valga la pena verla, pero de lo que no cabe duda es que telecinco en esta ocasión, ha pisado en falso, la audiencia de la telebasura ha decidido no dedicar su tiempo a algo que considera una falta de respeto y de sensibilidad, aún así, hoy, mañana y pasado, todos volverán a ver la degradación a la que se exponen los famosillos, triunfitos, folclóricas y lo que es peor, algún buen profesional del medio a manos de Jorge Javier Vázquez y creerán que con no ver la miniserie han contribuído a hacer un país mejor y que son gente que reivindica una televisión de calidad. Yo por mi parte, seguiré con la tele apagada, teniendo mi auténtica programación a la carta creada a base de colecciones de Dvd y descargando de la red cuando sea necesario.
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